Al origen, concebí esta escultura para realizar a continuación un holograma
(lo que hice). Es para eso que esta parte es de pequeño tamaño ya que los
"hologramas al neón" sólo tienen una pequeña ventana de treinta centímetros
como máximo.
Comencé con un vago dibujo y con un hilo de hierro. A continuación el hilo de hierro
se cubrió de una pasta plástica que endurece en un horno de cocina. Por último, operé
los acabados con un yeso epoxy.
la complicidad en las miradas y en los gestos es el único motor de este trabajo. El arabesco de los dos cuerpos lo es también.